“Amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida.”
Oscar Wilde, es uno de los mejores escritores de la historia. Es una verdadera suerte estar inmerso en pleno montaje de la versión teatral de “El retrato de Dorian Gray”, la segunda obra de este escritor que encaramos (la anterior fue “La importancia de llamarse Ernesto). Gracias al análisis pormenorizado que hacemos del texto, podemos encontrarnos con perlas como “La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella”. Tiene una claridad de pensamientos, y una forma de plasmarlos, que hace que sea una gran responsabilidad como actor, hacer que ellos lleguen perfectamente al espectador. Frases como “Sólo hay una cosa en el mundo peor que estar en boca de los demás, y es no estar en boca de nadie”, “Es terriblemente triste eso de que el talento dure más que la belleza” o “La sociedad perdona a veces al criminal, pero no perdona nunca al soñador” pueden tener una importancia vital para quienes se encuentran con ellas. En fin, esperemos que la función que se nos ha encomendado llegue a buen término, y cuando el público nos vea, también nos escuche y les demos qué pensar. Pero bueno, igual esto se debe a que “Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad; si lo hiciera, dejaría de ser artista”.
