domingo, 27 de marzo de 2011

Manifiesto del Día Mundial del Teatro 2011


La celebración de hoy es un reflejo fiel del inmenso potencial que posee el teatro para
movilizar comunidades y tender puentes.
¿Han pensado alguna vez que el teatro podría ser una herramienta muy poderosa para
la paz y la reconciliación? Mientras las naciones gastan colosales sumas de dinero en
misiones de paz en zonas de conflictos bélicos por el mundo, se presta muy poca
atención al teatro como alternativa personalizada para la gestión y transformación de
conflictos. ¿Cómo pueden los ciudadanos de la madre tierra alcanzar la paz universal si
los instrumentos que se emplean provienen de poderes externos y aparentemente
represivos?
El teatro impregna sutilmente el alma humana presa del miedo y la desconfianza,
alterando su propia imagen y abriendo un mundo de alternativas para el individuo y,
por tanto, para la comunidad. Puede aportar significado a la realidad diaria mientras
previene un futuro incierto. Puede participar en temáticas de política social de forma
sencilla y directa. Al ser integrador, el teatro puede presentar experiencias capaces de
trascender las ideas erróneas preconcebidas.
Además, el teatro es un medio probado de progreso y defensa de las ideas, que
mantenemos y por las que estamos dispuestos a luchar cuando no se respetan, de
forma colectiva.
Para anticipar un futuro de paz, debemos comenzar usando medios pacíficos que
busquen comprender, respetar y reconocer las aportaciones de cada ser humano en la
tarea de esta búsqueda de la paz. El teatro es ese lenguaje universal a través del cual
podemos promover mensajes de paz y reconciliación.
Permitiendo a cada participante comprometerse activamente, el teatro puede hacer
que muchos individuos deconstruyan ideas preconcebidas y, de esta forma, ofrece al
individuo la oportunidad de renacer para tomar decisiones basadas en conocimientos
y realidades redescubiertas. Para que el teatro crezca con fuerza, entre otras formas
de arte, debemos dar un paso decidido hacia adelante incorporándolo en la vida diaria,
abordando asuntos críticos de conflicto y paz.
En su búsqueda de transformación social y reforma de las comunidades, el teatro ya
existe en áreas devastadas por la Guerra y entre poblaciones que sufren pobreza o
enfermedad crónica. Hay un número creciente de historias donde el teatro ha sido
capaz de movilizar con éxito audiencias para construir conciencia y para atender a
víctimas de traumas de postguerra. Plataformas culturales como el “Instituto
Internacional del Teatro” que tienen como objetivo “consolidar la paz y la amistad
entre los pueblos” ya están en marcha.
Es por tanto una farsa mantenerse callados en momentos como el nuestro,
conociendo el poder del teatro, y permitir a los que empuñan armas y lanzan bombas
ser los pacificadores de nuestro mundo. ¿Cómo pueden estas herramientas de
alienación ser también instrumentos de paz y reconciliación?
Os exhorto, en este Día Mundial del Teatro, a reflexionar sobre esta posibilidad y a
proponer al teatro como herramienta universal de diálogo, transformación y reforma
social. Mientras las Naciones Unidas gastan colosales cantidades de dinero en misiones
de paz por todo el mundo, por medio del uso de las armas, el teatro es una alternativa
espontánea, humana, menos costosa y de lejos, mucho más poderosa.
Si bien puede que no sea la única respuesta para conseguir la paz, el teatro debería ser
incorporado sin duda como una herramienta eficaz en las misiones de paz".

JESSICA A. KAAHWA.
UGANDA.