NO ES ANTIGUA, ES ETERNA
El teatro fue también una de las
grandes pasiones de Miguel de Cervantes, y con su ingenio y su pluma se atrevió
a contar la historia de Numancia, un pueblo celtíbero asediado por Roma. Muchos
siglos después de que este hecho histórico sucediera, el padre del Quijote
recuperó la tragedia porque veía similitud con los hechos que vivía en su
tiempo. Y esa historia de la época romana continúa siendo muy actual. Porque el
asedio de los pueblos por la tiranía y el poder y la resistencia de sus vecinos
a perder sus casas, su forma de ser y su vida es algo que continúa estando a la
orden del día.
Así lo entendió Verbo Producciones
cuando decidió apostar por ‘El cerco de Numancia’. Bucearon en el texto de
Cervantes para extractar una historia de supervivencia, de resistencia, de
poder, de orgullo, de los miedos, de amor. Florián Recio supo adaptar una tragedia
que participó en la fase oficial del Certamen Nacional de Teatro ‘Garnacha de
Rioja’.
Una obra que sobrecoge desde el
minuto uno y prepara al espectador para resistir junto a los numantinos. Nueve
actores y actrices en escena que claman a voz en grito. Voces de Numancia,
voces de un pueblo que resiste, voces de todos los pueblos que resisten.
Porque Verbo Producciones se
permite la licencia de utilizar ese coro para recordar que no es una historia antigua,
es una historia eterna. Numancia aguantando frente al asedio romano que tiene a
Escipión como estandarte de sus tropas. Retenerlos dentro de sus muros hasta
que se rindan es su estrategia, pero el pueblo resiste hasta las últimas
consecuencias.
Amistad, amor, honor frente a
lucha y poder. Y la compañía apuesta por una original y muy acertada puesta en
escena que consigue que el espectador esté dentro y fuera de los muros, que se
sienta encerrado y libre. Que sienta el aire de libertad y soberbia de los
romanos y la falta de ese aire y la tristeza de los numantinos.
Nueve voces, nueve interpretaciones
perfectamente coordinadas y conjugadas que dan ritmo y continuidad a una trama
que narra la tragedia sin recrearse en ella. Una tragedia que acaba en
silencio. Silencio roto en un largo aplauso que fue seguido de otro silencio.
Porque ‘El cerco de Numancia’ es de
esas obras que llegan a los más hondo y te hacen pensar. Porque no es una
historia antigua, es una historia eterna