martes, 5 de mayo de 2015

Entrevista aparecida en el Periódico Extremadura

Fernando Ramos, actor: "Creo que el flamenco estaría muy bien si se le echara más teatro"


  Mª Isabel Rodríguez Palop 22/03/2015
Fernando Ramos como buen actor es dúctil, generoso y receptivo a todo lo que ocurre a su alrededor. Las nuevas, las buenas y las que en principio no parecen ser tan geniales ideas siempre son susceptibles de convertirse en proyectos interesantes a poner en marcha. Es lo que le ha llevado, en esta ocasión, a unir teatro y flamenco junto a la bailaora Manuela Sánchez. Un 'Flamenco en castúo' con el que recorrerán buena parte de la provincia uniendo algo que en principio resulta indivisible como es el arte, la cultura y el compás. Un acto de generosidad al fin y al cabo, por parte de ambos protagonistas, con el que podremos disfrutar de la experiencia de Fernando sobre las tablas, el tronío de Manuela como bailaora y la expectación del público siempre agradecido, ante la puesta en marcha de obras entendibles, amenas y con ritmo. 'Flamenco en castúo' es sin duda, una de ellas.

--¿Qué balance hace de la puesta en marcha de esta obra?
--Un balance muy bueno, el estreno fue muy bien. Siempre es una maravillosa noticia que se inaugure una Casa de la Cultura, y es un motivo de orgullo estar en el espectáculo que estrena sus tablas. En este caso fue en Manchita. Después de muchos años luchando por abrirla, por fin se ha hecho realidad su sueño y fue allí donde por primera vez ha visto la luz este montaje de flamenco, teatro y baile. A partir de aquí empieza una historia de colaboración que nos llevará a Guareña, Badajoz, Teatro Romano de Regina, Monesterio y Llerena, entre otros...

--¿Cómo surgió esta fusión con el flamenco?
--Manuela Sánchez es una persona muy inquieta y creativa. Ella me hizo partícipe de sus proyectos y de sus ideas, y creímos conveniente trabajar juntos alguna vez. Compartimos tablas en Gijón y fue una experiencia maravillosa, así que ¿por qué no repetir? Eso nos llevó a poner en común lo que cada uno conocemos de nuestro trabajo y la visión que tenemos de lo que hacemos en un escenario. Eso, unido al punto de vista de los fenomenales músicos que nos acompañan, con una extensísima experiencia en el mundo del flamenco, hace que el espectáculo sea precioso.

--¿Cómo definiría esta obra?
--Es la esencia de lo extremeño. Flamenco y castúo. No se puede pedir más. El flamenco está imbricado en el castúo, y el castúo en el flamenco. Al menos así lo veo yo. Entiendo que ambos están en nuestra cultura ancestral y que en nuestra tierra han vivido unidos durante siglos de un modo natural.

--¿Que ha encontrado como actor en el flamenco?
--No sé si lo que hago se puede definir como actor flamenco. Creo que me queda mucho, pero mucho, para ser considerado flamenco. Soy un poco lo que en la antigua Grecia se llamaba aedo. Es alguien que ayudado por la música y por la interpretación, narra una historia... ¡Ya me gustaría ser flamenco...! El flamenco es un mundo en el que cuando se entra, creo que ya no se sale. Poco a poco te va enganchando, sobre todo cuando vas conociendo los entresijos, distinguiendo los distintos palos y aprendiendo a vivir desde dentro este arte.


--El teatro y el flamenco, ¿se retroalimentan?
--Todas las artes en general pero en esta ocasión, ambas, están en la raíz misma de nuestro origen. Es muy bonito ver cómo a pesar de ser estilos distintos, son perfectamente complementarios. Creo que el flamenco estaría muy bien si se le echara más teatro, y el teatro ganaría mucho más si fuera más flamenco.


--¿Que se aportan el flamenco al teatro y a la inversa?
--El flamenco aporta el sentimiento en mayúsculas. El teatro ayuda a conducir al espectador por la senda de la historia que queremos contar. Manuela y sus "niñas" (alumnas de su academia) bailan y en este caso, también baila la palabra. El zapateao de las bailaoras me recuerda constantemente al ritmo del verso bien dicho. Un quejío es igual que un lamento en una tragedia griega, y una bulería es una comedia de Lope o Calderón. No estamos descubriendo las Américas fusionando flamenco y teatro, sólo estamos haciendo algo natural que aunque se ha hecho en infinidad de ocasiones, creo que se debería hacer aún más.


--¿Qué ha aprendido de Manuela Sánchez?
--Decía antes la capacidad creativa, la inquietud constante de Manuela. Incapaz de estar quieta sin transmitir al público, a sus alumnos o a sus amigos la pasión por el flamenco y por todo lo que se llama ARTE en general. Y lo que es más grande, en cualquier sitio que esté. No necesita un tablao, una academia o un escenario para ser una flamenca de las grandes.


--¿Qué cree que le ha aportado a usted?
--La oportunidad de volver al flamenco. Hace ya muchos años tuve la ocasión de acompañar al gran Cándido de Quintana, y a muchos de los flamencos que ahora comparten conmigo escenario en un montaje que se llamaba Estrebejí . Entré sustituyendo, y me quise quedar para toda la vida. Creo que no me puedo quejar. En el flamenco he colaborado con muchos de los mejores que te puedes encontrar en Extremadura. Cada día de función o de ensayo, tengo los ojos y los oídos bien abiertos para aprender de ellos. Es un estilo de vida. El teatro, en muchos momentos se convierte en baile. Y nada define mejor las vísceras y el corazón que el propio flamenco.


--Su obra Los Gemelos ha sido un éxito de público, de crítica y suponemos que de producción, ¿el éxito le ha hecho más valiente?
--¡Qué va, al revés! uno se vuelve más cobarde. Tengo miedo de que esto no se vuelva a repetir, de que la caída sea mayor, de que la gente se canse. Lo bueno de un éxito es saber saborearlo con calma, poco a poco, pero sabiendo que vendrán muchos más fracasos. Por el mismo trabajo hay veces que te sale bien y otras, las más, que te sale mal o no gusta. Por eso hay que aprovechar tanto los momentos dulces. Los Gemelos nos están dando muchos momentos de esos. Ahora entramos en Madrid, en el Bellas Artes durante cinco días del 25 al 29 de abril, y espero de corazón que guste tanto como ha gustado aquí y en muchas comunidades autónomas que hemos visitado.


--Teatro de Papel, Verbo Producciones, Producciones Morrimer, ¿qué tiene Llerena que alienta tanta creatividad?
--(Suspira) ¡Ainssss,..., si yo lo supiera! Creo que nos viene en el agua de la zona o algo así. Llerena es mi sitio con mayúsculas, Teatro de Papel mi familia y Morrimer mis amigos. Verbo Producciones es fruto de todos ellos. De cada uno he ido aprendiendo todo lo que me han aportado. Con Teatro de Papel sigo firme, y espero hacerlo toda mi vida. Por Teatro de Papel estoy en este mundo que tanto me ha aportado. A Morrimer reconozco que los tengo un poco más abandonados. Mi trabajo es muy absorbente e impide que pueda atender otra cosa que no sea teatro, pero nunca olvidaré los momentos vividos...,y los que quedan.


--¿Qué cree que le aporta Llerena a usted, y usted a Llerena?
--Cuando me defino como llerenense no lo hago como habitante, si no como militante. Los que somos de Llerena, militamos. Es lo segundo que decimos después de nuestro nombre cuando nos presentamos...,y a veces lo primero. Llerena es para mí, amigos de toda la vida, paisanos con los que comparto muchas cosas, es Carnaval y la feria de San Miguel (reconozco mi debilidad por esas dos fiestas) pero sobre todo, es mi familia. Eso hace que Llerena sea mi punto de referencia.


--¿Cuales son sus siguientes proyectos?
--En lo personal, seguir con la gira de Los Gemelos que tantas alegrías nos está dando. Tenemos ya previstas funciones en Madrid, Castilla la Mancha, Castilla y León, Andalucía, Extremadura-y espero que surjan muchas más. Por otro lado, en agosto concretamente el día 19, en el marco del Festival de Teatro Clásico de Mérida, estreno El cerco de Numancia de Miguel de Cervantes, en versión de Florián Recio y bajo la dirección de Paco Carrillo. Un proyecto muy ilusionante que deseo que tenga el éxito que esperamos de él. Estar dentro de la programación del Festival de Mérida es un honor, pero una responsabilidad enorme. Y por supuesto, a seguir rodando con este Flamenco en Castúo todo lo que se pueda y más.


--¿Seguirá unido al flamenco?
--Estoy abierto a todo proyecto que merezca mi atención y mi ilusión. De momento me queda mucho flamenco de la mano de Manuela Sánchez, así que voy a disfrutarlo con toda intensidad.


--Ser actor, ¿es una decisión?
--Hay gente que no lo decide nunca, y otros que un día les lleva a tomar la decisión. Yo soy una mezcla de los dos. Estuve haciendo teatro casi toda mi vida. Ya en preescolar hacía papeles largos y durante toda mi etapa de estudiante, estuve metido en todos los 'fregados' teatrales que pudiera imaginar. En Llerena nace la compañía Paraíso de Tlaloc y con sólo doce años, me dan la oportunidad de estrenarme fuera de mi ámbito escolar. Después llega la compañía Natacha y con el tiempo nace Teatro de Papel, así que ese es el proceso natural. El decisorio llega cuando dejo de trabajar como delegado de ventas de una bodega y tomo el camino teatral sin estudiar otra opción. Ahora soy feliz por ello, porque considero que tomé la decisión más oportuna y acertada de mi vida.


--¿A donde le gustaría llegar?
--¿Llegar? Justo donde estoy. Viviendo de lo que más me gusta del mundo. Pudiendo disfrutar del escenario constantemente, sin que falte el trabajo ni los proyectos. Esto, hace años, no lo podía ni soñar. Ahora está así y espero que no cambie. Verbo Producciones cada vez es una compañía más conocida en el ámbito teatral. Se va abriendo camino poco a poco y al menos ya son más los teléfonos que se van descolgando cuando llamas. Creo que está bien así. Y esto no es ser poco ambicioso, cuidado. Desear que esto siga así toda la vida, es muy ambicioso, créeme.


--¿Por qué están tan relacionado el mundo del arte y la cultura, con la política?
--En principio por razones evidentes. Mientras no tengamos una ley de mecenazgo en condiciones, la iniciativa privada será muy escasa. Esto hace que dependamos directamente de la Administración Pública. Dicho esto, creo que queda muy claro por qué está tan relacionado el mundo de la política con el mundo del arte aunque no tendría por qué ser así...